Campaña Mundial del Evangelio en Casa
Divulgación
REFERENCIA HISTÓRICA
‘‘[...] La cuna domestica es la primera escuela y el primer templo del alma. [...] La casa del hombre es la legítima exportadora de caracteres para la vida común, [...]¿Cómo esperar una comunidad segura y tranquila sin que el hogar se perfecione? La paz del mundo comienza bajo las tejas que nos acojen. Si no aprendemos a vivir en paz, entre cuatro paredes, ¿como aguardar la armonía de las naciones? Si no nos habituamos a amar al hermano más próximo asociado a nuestra lucha de cada día, ¿Cómo respetar el Eterno Padre que nos parece distante? Jesús paseó su mirada al rededor de la modesta sala, hizo un pequeño intervalo y continuó:–Pedro, encendamos aqui, en el entorno de cuantos nos procuren en asistencia fraterna, una nueva luz. La mesa de tu casa es el hogar de tu pan. En ella, recibes del Señor el alimento de cada día.¿Porque no instalar alrededor de ella, la siembra de la felicidad y la paz en la conversación y en el pensamiento? […] Simón Pedro fijo en el Maestro sus ojos humildes y lúcidos, y como no encontrara las palabras adecuadas para explicarse, murmuro timidamente: –Maestro, se realizará como deseas. Entonces Jesús, convidando a los familiares del apostol a la disertación edificante y a la meditación elevada, desenrollo los escritos de la sabiduría y abrió, en la tierra, el primer culto cristiano en el hogar. (Neio Lúcio, Jesus en el hogar, 27.ed., p. 15-17).
MENSAJE ALENTADOR
“Dedica una de las siete noches de la semana al Culto Evangélico en el Hogar, a fin de que Jesús pueda pasar la noche en tu casa. Prepara la mesa, coloca agua pura, abre el evangelio, extendiende el mensaje de la Fe, une a la familia y ora; Jesús vendra de visita. Cuando el Hogar se convierte en santuario, el crimen se recoge en el museo. Cuando los corazones se unen con los lazos de la Fé, el equilibrio ofrece bendiciones de consuelo y la salud derrama vinos de paz para todos.Jesús en el Hogar es Vida para el hogarNo esperes que la liviandad del mundo te traiga la certeza del invariable bien.
Desenvuelve, en tu casa cristiana, la luz del evangelio para el mundo atormentado. Cuando una familia ora en casa, atrae las caricias del evangelio, y toda la cuadra recibe el beneficio de la comunión con lo Alto.Si alguien, en un edificio de apartamentos, alza a los Cielos una oración en familia, todo el edificio se beneficia, cual lampara ignorada, encendida por el fuerte viento. No te alejes de la linea que el evangelio direcciona entre tus familiares. Continúa orando fiel, estudiando con tus hijos, y con aquellos a quienes amas, bajo las directrices del maestro, y, cuando sea posible, debate los problemas que te afligen, en la claridad del mensage de la Buena Nueva y examina las dificultades que te perturban ante la inspiración consoladora de Cristo.No salgas a la calle, esa noche, sino para los inevitables problemas que no puedas postergar. Demórate en el Hogar para que el Divino Huésped tambien se pueda demorar ahí. Y cuando las luces se apagen en la hora del reposo, ora una vez más, comulgándo con Él, como El lo hace, a fin de que, ligado a ti, en casa, una vez por semana en las siete noches, Jesús esté contigo.” (Joanna de Ângelis, Mies de Amor)